En Economía todo se complica de una forma u otra; de hecho, es una de las ciencias más inestables, poco fidedignas y oscuro objeto del deseo de tantos (y tantas, o tontos, que es como se puede volver uno con tanta idiotez lingüística).
Así pues, estando en uno de los primeros escalones, sin habernos complicado mucho la vida, si se lee un poquito se verá que existen unos orígenes y unas aplicaciones de recursos; para los legos: de dónde viene el dinero y a qué se destina. ¿Fácil, no?
¡Pues no! Cuando las Administraciones entran en el juego de la Economía se acabó. Se acabó la lógica, se acabó el «sentido común», se acabó todo… Lo único que no se acaba es el mencionado «origen»; así pues, y yendo al fondo de la cuestión de este artículo, la Administración catalana, cobraba una tasa por estancia turística, por persona y noche y si es más joven de dieciséis años de 0,45 € (más IVA, flípalo. Otro impuesto, sobre una tasa. Es que son insaciables, como la gallina).
En este punto el que sigue desaparecido es el amigo «Aplicación».
Seguimos… No contentos con marearnos, cobrarnos, saciar a «Origen» y no dar señales de vida «Aplicación», aprueban aumentar el Origen en un… digamos… ¿5%? No, ¿10%? No, ¿20%? … Nooo? ¡Qué no! Ostras, un ¿30%? Pues no. No os haremos sufrir más: un 100%. ¡Hala! Ahí os dejamos eso. De 0,45€ a 0,90€.
Ahora el «tonto» de turno que da la cara, explica a los turistas que se ha doblado la tasa y que, ¡ah! sobre las estancias cerradas con anterioridad a la publicación de la Ley, también. Suerte que no han querido hacer el ridículo otra vez y nos han «permitido» cobrar desde la publicación de la Ley.
Esto es lo que un reporter Tribulete titularía como: Un cúmulo de despropósitos…
Os dejamos un Resumen Práctico elaborado por la Administración: